Cuando alguien empieza a interesarse por las inversiones, una de las primeras dudas que surgen es: ¿qué es mejor, invertir de forma segura o asumir riesgos para ganar más dinero?
La respuesta no es única, porque depende de tu perfil, tus objetivos financieros y tu tolerancia al riesgo. Lo importante es entender qué diferencia a las inversiones seguras de las arriesgadas, cuáles son sus ventajas e inconvenientes, y cómo combinarlas para construir una cartera equilibrada.
En este artículo vamos a analizar ambos tipos de inversiones y ayudarte a decidir qué camino (o mezcla de caminos) te conviene más.
¿Qué son las inversiones seguras?
Las inversiones seguras son aquellas en las que la probabilidad de perder el capital es muy baja. Suelen estar reguladas, cuentan con respaldo institucional y ofrecen una rentabilidad moderada pero estable.

Características principales
- Baja volatilidad (no cambian de valor bruscamente).
- Rentabilidad limitada.
- Mayor liquidez en muchos casos (puedes recuperar tu dinero con facilidad).
- Adecuadas para perfiles conservadores o para objetivos de corto plazo.
Ejemplos de inversiones seguras
- Depósitos a plazo fijo: tu dinero está bloqueado un tiempo y recibes un interés garantizado.
- Bonos del Estado: el gobierno emite deuda y te paga un interés. Muy seguros, especialmente en países estables.
- Cuentas remuneradas: similares a una cuenta de ahorro, pero con un pequeño interés extra.
- Fondos de renta fija: invierten en bonos y otros instrumentos de deuda, con riesgo bajo.
Estas opciones protegen tu dinero, pero ofrecen rentabilidades modestas, normalmente por debajo del 3-5% anual.
¿Qué son las inversiones de alto riesgo?
Por otro lado, las inversiones de alto riesgo son aquellas donde existe una mayor probabilidad de perder parte o todo el capital, pero también ofrecen la posibilidad de obtener altas rentabilidades.
Características principales
- Alta volatilidad (suben y bajan rápido de valor).
- Posibilidad de pérdidas significativas.
- Alto potencial de beneficios.
- Adecuadas para perfiles agresivos y objetivos de largo plazo.
Ejemplos de inversiones de alto riesgo
- Acciones individuales: pueden subir un 50% en un año o caer un 30% en una semana.
- Criptomonedas: muy volátiles; ofrecen grandes oportunidades pero también pérdidas drásticas.
- Startups y capital riesgo: posibilidad de multiplicar tu dinero… o perderlo todo.
- Trading a corto plazo (Forex, CFDs, futuros): requiere experiencia y tolerancia a la volatilidad.
En este tipo de inversión, la clave es entender que no hay rentabilidad sin riesgo.
Ventajas e inconvenientes
Veamos de forma resumida lo positivo y lo negativo de cada tipo:
Inversiones seguras
✅ Seguridad del capital.
✅ Tranquilidad psicológica.
✅ Simplicidad en la gestión.
❌ Rentabilidad limitada (puede no superar la inflación).
❌ No permiten un crecimiento patrimonial rápido.
Inversiones de alto riesgo
✅ Potencial de grandes ganancias.
✅ Posibilidad de superar ampliamente la inflación.
✅ Adecuadas para largo plazo.
❌ Alta probabilidad de pérdidas.
❌ Requieren más conocimientos y control emocional.

¿Qué tipo de inversión te conviene?
La elección depende de varios factores:
- Tu perfil de riesgo
- Conservador: priorizas seguridad y prefieres dormir tranquilo.
- Moderado: aceptas algo de riesgo a cambio de mejor rentabilidad.
- Agresivo: buscas maximizar beneficios aunque implique pérdidas en el camino.
- Tu horizonte temporal
- Corto plazo (menos de 3 años): mejor inversiones seguras.
- Medio plazo (3-10 años): una combinación equilibrada.
- Largo plazo (10 años o más): más espacio para asumir riesgos.
- Tu situación financiera
- Si tienes deudas o pocos ahorros, comienza con inversiones seguras.
- Si ya cuentas con un fondo de emergencia, puedes destinar parte a opciones de mayor riesgo.
La clave: combinar seguridad y riesgo
En realidad, no tienes que elegir entre blanco o negro. La mayoría de inversores exitosos construyen carteras que mezclan ambos tipos de inversión.
Un ejemplo clásico es la regla 60/40:
- 60% en renta variable (acciones, ETFs, criptomonedas).
- 40% en renta fija o productos seguros (bonos, fondos de renta fija).
También existe la fórmula de “100 – tu edad”:
- Si tienes 30 años → 70% en riesgo, 30% en seguridad.
- Si tienes 60 años → 40% en riesgo, 60% en seguridad.
Así tu cartera se ajusta a tu etapa vital.
Ejemplo práctico
Imagina que tienes 5.000€ para invertir.
- Si eres conservador:
- 3.500€ en bonos del Estado y depósitos.
- 1.000€ en un fondo indexado global.
- 500€ en criptomonedas para diversificar.
- Si eres moderado:
- 2.500€ en fondos de renta fija.
- 1.500€ en un ETF global.
- 1.000€ en acciones de empresas sólidas.
- Si eres agresivo:
- 1.000€ en productos seguros (fondo de emergencia).
- 2.500€ en acciones individuales.
- 1.000€ en criptomonedas.
- 500€ en crowdfunding inmobiliario.
De esta forma, ajustas el riesgo a tu perfil sin renunciar a crecer.
Errores comunes a evitar
- Buscar rentabilidades garantizadas altas: si alguien promete 20% sin riesgo, probablemente es una estafa.
- Poner todos los ahorros en un solo activo: la diversificación es tu mejor escudo.
- Invertir dinero que puedes necesitar pronto: las inversiones de riesgo requieren tiempo.
- Dejarse llevar por las emociones: miedo y codicia son los peores consejeros.

Conclusión
No hay una única respuesta a la pregunta de si convienen más las inversiones seguras o las de alto riesgo. Lo importante es conocerte a ti mismo, definir tus objetivos y armar una cartera equilibrada.
- Si buscas tranquilidad y preservación de capital → apuesta por opciones seguras.
- Si tu meta es hacer crecer tu dinero a largo plazo → incorpora activos de riesgo.
- Lo ideal: una mezcla inteligente de ambos mundos.
Recuerda: el secreto no está en elegir la inversión perfecta, sino en ser constante, diversificar y mantener la disciplina a lo largo de los años.